
De base….
Las bibliotecas son versátiles, porqué son sociales y se adaptan indiscutiblemente a los cambios. A menudo lo hacen de forma lenta, pareciendo ir un paso por detrás, pero ante situaciones límite, como ha sido la pandemia y el forzoso aislamiento social al que hemos estado sometidos, la biblioteca ha demostrado estar a la altura en la adaptación de servicios y procesos. No obstante, la estocada del confinamiento ha puesto de manifiesto lamentablemente que las bibliotecas, aunque lo intentan, no llegan a todos los públicos.
La llamada biblioteca social (aquella que tendía su mano de manera explícita a los sectores de la población en riesgo de exclusión social), se vistió de biblioteca inclusiva adaptando las colecciones, los edificios, las actividades y los servicios con el objetivo de alcanzar a públicos con capacidades diferentes.
Pero todo ello sirvió de poco porqué aun así algunos perdieron el tren.
Retomemos el concepto de biblioteca híbrida, que viene de lejos pero resulta ser tan abierto que lo podemos adaptar a las necesidades que hoy se nos plantean.
Atendiendo a la evolución del concepto cabe destacar que algunos autores como Tomás Saorín (2001) nos hablan de biblioteca híbrida refiriéndose únicamente a la convivencia de materiales físicos y electrónicos, catálogos en línea, portales de internet y automatización de procesos.
Herminia Villa e Ileana R. Alfonso (2005) en su artículo «Biblioteca híbrida: el bibliotecario en medio del tránsito de lo tradicional a lo moderno» la definen como la conjunción de la biblioteca tradicional y la electrónica; tal vez, no sea un término, sino una forma de realizar proyectos integrales, con los escenarios digitales y los tradicionales, para permitir gestionar la transición desde la biblioteca actual.
Maria Pinto i Alejandro Uribe Tirado (2012) se refieren a bibliotecas híbridas cuando se tiene en cuenta la necesidad de adaptar colecciones y servicios a las necesidades de la población.
Fuensanta Martínez (2014) en su artículo «La Biblioteca híbrida: ventajas frente a la biblioteca virtual» la concibe como aquella que posee fondos tanto digitales como en formato impreso, y que, a su vez facilita el acceso a estos fondos de forma presencial y a través de servicios virtuales.
La revolución reside en la inclusión en el propio concepto de biblioteca híbrida de dos elementos hasta ahora no tenidos en cuenta:
-La dimensión formativa de la biblioteca
-La libertad de los usuarios para elegir el uso de la biblioteca de manera virtual o presencial, sin que se vea mermada la calidad del servicio.
La biblioteca híbrida del s. XXI
El proyecto bibliotecario se debe cimentar sobre tres pilares fundamentales y esenciales al propio concepto de biblioteca.
-Biblioteca social, porqué es inherente al concepto de biblioteca pública y se debe hacer especial incapié para alcanzar los públicos en riesgo de exclusión.
-Biblioteca inclusiva, porqué es necesario adaptar edificios , colecciones, servicios y actividades a las necesidades i capacidades de todos los públicos potenciales avanzando hacia a la accesibilidad universal.
-Bibliopedagogía, porqué de nada sirve todo lo anterior si no somos capaces de ver que estamos ante una sociedad sobreinformada y sin formación en el acceso a la información.
¿Qué necesitamos?
Recursos, por supuesto. Recursos humanos y económicos, invertidos con orden y de manera productiva. Pero no sólo recursos. Un buen replanteo de los procesos existentes atendiendo a las nuevas necesidades nos ayudaran a escribir planes estratégicos el el centro de los cuales estará el modelo de biblioteca híbrida.
Bibliopedagogía
De nuevo ponemos el acento en la formación. Tanto en la biblioteca en sí como instrumento pedagógico, como en la formación de profesionales y usuarios.
La biblioteca ya se ha postulado y admitido como instrumento formador y educativo a lo largo de la vida . La importancia ahora recae en la formación de los profesionales de las bibliotecas. Los planes de estudio se alejan cada vez más de la dimensión social de estas haciendo incapié en estudios de big data y viajando hacia un metaverso «inminente» ya en el horizonte.
Pero la realidad de nuestro día a día es que pocos bibliotecarios saben hacer estudios de la población a la que sirven y escribir proyectos en base a estos estudios. No sabemos con certeza a qué público no llegamos y a qué público no interesamos. Debemos formarnos para poder formar a aquellos que no tienen acceso a las tecnologías como a aquellos que, aun teniendo acceso a ellas, no saben utilizarlas para la vida cotidiana perdiendo así oportunidades y calidad de vida.
La formación siempre ha sido la herramienta más útil ante la desinformación. Ahora es clave para frenar la brecha social, que la cultura de masas esconde bajo espejismos de igualdad inexistentes.
Atención domiciliaria
La atención domiciliaria deberá traspasar la frontera del servicio de préstamo a domicilio de documentos y apostar por el préstamo de dispositivos móviles para acceder a la información. En este contexto las administraciones públicas deberán destinar recursos a este concepto hasta ahora prácticamente inexistente.
Así mismo se deberá incorporar la formación a domicilio, para aquellos usuarios que no puedan acudir a la biblioteca, y no olvidar la función social de la atención domiciliaria ofreciendo servicios de acercamiento a nivel bibliotecario: lectura en voz alta, espacio de conversación en diferentes idiomas , acceso a bibliotecas virtuales, ayuda en la tramitación electrónica, etc.
Actividades
La revolución de la biblioteca híbrida debe también verse traducida en un cambio en la dinámica de las actividades que deberían ofrecerse de manera presencial y virtual y ser igualmente asequibles en cualquiera de las dos modalidades. Para ello las bibliotecas deberán disponer de espacios adecuados técnicamente para poder ofrecer actividades en streaming de tal manera que el usuario tenga la posibilidad de elegir en cada situación la forma de acceso.
¿Por qué es una revolución?
Porqué nos vamos del espacio físico de la biblioteca como ya veníamos haciendo con los sistemas de préstamo a domicilio, pero ahora no sólo para prestar con alma caritativa, sino también para formar y dar oportunidades de verdad a aquellos que las necesitan en base a la dimensión social e inclusiva de la biblioteca que todos defendemos.
Porqué convertimos las bibliotecas en espacios asequibles y accesibles desde cualquier lugar y a cualquier hora optimizando recursos.
Y también porqué sólo de esta manera nos convertiremos en servicios modernos, con usuarios libres de elegir porqué estarán formados. Solo entonces podremos hablar de los avatares del esperado metaverso.
Referencias
-Martínez, Fuensanta, La biblioteca híbrida: ventajas frente a la biblioteca virtual, Biblogtecarios (2014) https://www.biblogtecarios.es/fuensantamartinez/la-biblioteca-hibrida-ventajas-frente-la-biblioteca-virtual/
-Pinto, Maria; Uribe Tirado, Alejandro, Las bibliotecas públicas híbridas en el marco de la Alfabetización Informacional, en Revista Española de Documentación Científica, ISSN 0210-0614, nº monográfico, 2012, pàg. 136-168
-Saorín Pérez, Tomás, El concepto de biblioteca híbrida, en TEJUELO. Revista ANABAD Murcia, ISSN-e 1888-2838, nº2, 2001, pàg 29-36
-Villa, Herminia; Alfonso, Ileana R., Biblioteca híbrida: el bibliotecario en medio del tránsito de lo tradicional a lo moderno en ACIMED v.13 n.2 Ciudad de La Habana mar.-abr. 2005
